La tradición cantera marca la construcción de este tipo de estructuras en las que las lanchas de granito se colocan desde una margen a la otra, para atravesar el arroyo, en este caso, el arroyo del Herrero al que le llegan dos arroyos, aguas arriba, el arroyo de la Gargantilla y el arroyo del Palancar. Este puente es una construcción muy bella que guarda su encanto en la actualidad. Si miramos hasta el este veremos la Peña de Mediodía, denominada así porque los vecinos y vecinas del municipio podían saber cuándo era mediodía al ver el sol justo encima de la Peña. La ascensión a esta peña no es muy exigente y merece una excursión para observar, desde la cima, el paisaje a nuestros pies. En una de las fincas cercanas a este puente se pueden ver los restos de un antiguo molino.